Son abortistas, no feministas
Es corriente ver personas que tienen oscuros intereses e intentan esconderse en máscaras que muestren rostros más simpáticos y atractivos. Cabe pues, desprender a los adversarios de su amable fachada, para que la sociedad descubra sus auténticos objetivos y reaccione, impidiendo alcanzarlos.
Como defensores de la vida, uno de nuestros rivales más acérrimos son las defensoras del aborto que se autodenominan feministas, que reclaman el aborto como un derecho de la mujer.
Desarmarlas es sencillo, si se ven sus incoherencias. Claman el poder elegir, pero no tienen ideas ni propuestas para aquellas mujeres en dificultades que deseen tener a su bebé, pues decir sí a la vida, ¿no es elegir? Pero más allá del nacimiento, no piden poder elegir su educación, reclamando escuelas concertadas o el cheque escolar y asisten impasibles como Educación para la Ciudadanía adoctrina a los niños, quitándoles su libertad como madres de educar a sus hijos según sus convicciones.
Puede parecer chocante, pero no lo es. Si no han pensado nada de esto, es porque esos proclamados derechos y ese feminismo no son más que una bonita fachada, que esconde el deseo de poder abortar sin restricciones.